La casa número cero se ubica en una parcela triangular que no se adapta a las tipologías de las viviendas vecinas. La nueva implantación se desarrolla con estancias rotondas para dar respuesta a la compleja geometría, a la vez que experimenta sobre la percepción del espacio doméstico, buscando suavizar, neutralizar y ablandar los espacios; así la experiencia de las rutinas diarias utiliza la arquitectura como instrumento que intensifique la noción del tiempo y del espacio, a través de la creación de atmósferas cambiantes que dan lugar a paisajes domésticos que referencie los ritmos cotidianos.
Los elementos prefabricados tienen una geometría que permite un encaje de las piezas entre ellas que evita medios auxiliares en obra; y la eliminación de las armaduras de acero la liberado la obligación normativa de los recubrimientos de hormigón y en consecuencia la reducción del consumo de material.
Motril, verano de 2020
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